A Galderich que contagia a través de la red su pasión por las hojas volantes.
Uno de los sucesos que acaparó la atención durante 1907 fue la muerte del torero Antonio Montes, la pérdida de un torero siempre es noticia destacada, pero la del torero andaluz fue excepcional, sobre todo por las trágicas circunstancias que se presentaron alrededor de su fallecimiento. El mal fario apareció desde el momento en que conoció el encierro, al ver al toro "Matajaca" de la ganadería de Tepeyahualco presintió lo peor, siendo confirmados sus temores cuando el sorteo determinó que era uno de los toros del lote que le tocaría lidiar la tarde del domingo 13 de enero de 1907.
Como si se tratara de un guion, "Matajaca" asestó mortal cornada que cuatro días después cobraría la vida del trianero, dándole tiempo suficiente para redactar su testamento y dar a conocer el deseo de ser enterrado en España. 1
Mientras lo velaban en el Panteón Español cayeron los cirios que resguardaban el féretro, provocando un gran incendio, que causó daños terribles al cuerpo, el cadáver calcinado del torero no encontraría reposo sin sufrir un nuevo percance, durante las maniobras de embarque los restos se precipitaron al mar, hecho que se convirtió en el último eslabón de desafortunados eventos que le otorgaron a la muerte del torero una dimensión trágica.
Historia tan desafortunada ofreció el material idóneo para convertirse en noticia de hoja volante, y nadie mejor preparado para llevarla a la imprenta que Antonio Vanegas Arroyo, quien de inmediato elaboró una serie destinada a difundir el suceso. Se realizaron dos versiones de Tristísimos recuerdos y una más denominada El cadáver de Antonio Montes convertido en carbón, la ilustración de los mismos se encargó a José Guadalupe Posada, quien siempre encontró en los temas taurinos inspiración para su trabajo. Se vendió por los agentes de la imprenta a lo largo y ancho de la república en uno y dos centavos.
1 La crónica detallada de los infortunios de Antonio Montes se puede consultar en: La Aldea de Tauro
Tristísimos recuerdos de Antonio Montes matador de toros, muerto en México en 1907. México. Imprenta de Vanegas Arroyo. 1908, grabado en zinc. de J.G. Posadas.
¡Vaya impreso que nos presentas con ilustración de Posada!
ResponderEliminarLa historia además de verídica es genial (la realidad supera la ficción) pero el tema del jilguero también es muy bueno. Hay que aprovechar papel y un extra siempre es bueno.
Gracias por la dedicatoria pero que conste que todos los bibliòfilos internautas que conozco (y a este paso ya son muchos) somos unos locos de los papeles efímeros. ¿Quizá porque internet tambien puede ser efímera?
Un fuerte abrazo.
Galderich.
ResponderEliminarSeguro que el corrido del jilguero, se incluyó por ser el que encajaba mejor en el espacio sobrante.
Sé que la pasión por los papeles efímeros es compartida, pero tu entusiasmo es inspirador.
Un abrazo.
Estimado Marco:
ResponderEliminarGracias por descubrirnos este curioso y "precioso" impreso. Yo también me declaro seguido del género efímero.
Un cordial saludo desde el otro lado del charco, jaja.
Marco Fabrizio,
ResponderEliminarPor cierto, consultando el libro que tengo de Posada con introducción de Diego Rivera (facsímil, of course!) reproduce otro grabado de cogida de toro, en este caso "Cogida y muerte de Timoteo Rodríguez"
¡¡A todos los bibliófilos nos gustan los pliegos y papeles volantes más que a un tonto un lápiz!!
ResponderEliminar¡¡Pliego hermosísimo, enhorabuena!!
Al verlo me recuerda una hoja volante también mexicana: "Legítimos versos De Lino Zamora Traidos del Real de Zacatecas".
Abrazos!!
Querido Marco: ¿Estas seguro que no es un guión de los Hermanos Marx?. A veces estos modestos impresos tienen mas interés que obras con mas pretensiones. ¡Gracias por el buen rato!
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya cadena de despropósitos. ¡Y encima (para los supersticiosos) era día 13!
ResponderEliminarUn abrazo.
Estimado Marco
ResponderEliminarCom este texto notável, em que contas o infortúnio da morte de António Montes, mostras uma outra faceta que já nos deras a conhecer num post anterior – a tua paixão pelos touros! (Que eu igualmente partilho).
Quanto a estas folhas volantes, são por demais apetecíveis e curiosas, pela sua simplicidade e cunho popular, pelo que o gosto de as estudar e coleccionar pode mesmo, pelo seu conteúdo, igualar ou até ultrapassar, o prazer de possuir grandes obras em belas encadernações.
Qual não é o prazer de descobrir alguns destes impressos dentro de um livro que por lá ficou escondido … infelizmente isso raramente acontece hoje em dia, pois que os livros são bem vasculhados pelos seus vendedores!
Um grande abraço
(Desculpa o português, mas receei não me explicar bem em espanhol)
Estimado Alberto.
ResponderEliminarMuchas gracia por tu comentario.
Galderich tiene razón somos unos locos del los papeles efímeros.
¡Un abrazo hasta Burgos!
Galderich.
ResponderEliminarMuchas gracias por el dato.
El grabado de Timoteo Rodríguez, ¡no lo conocía!
Vamos a ponerlo en la lista de deseos (poca veces cumplidos).
Saludos.
Diego.
ResponderEliminarLos versos de Lino Zamora, salieron de la misma imprenta.
¡Muy buen ojo, como siempre!
Esa hoja la he visto solamente en catálogos, se ve muy atractiva.
Un abrazo
Estimado Bach.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo ,bien podrían ser de los hermanos Marx o de André Breton...
¡Qué bueno que te gustaron!
Saludos.
Urzay.
ResponderEliminarMuy buen punto, sobre todo, si atendemos a lo que se dice: que no hay torero que no sea supersticioso.
Saludos
Caro Ruy.
ResponderEliminarMi comprensión del portugués ha mejorado mucho, y tal mejora la debo principalmente a la lectura de tu blog. lo cual me da mucho gusto.
Me gustan los toros, pero en realidad soy un mal aficionado y desconozco casi todo, sin embargo las hojas populares de tema taurino me apasionan.
Muchas gracias por tu comentario, te mando un fuerte abrazo
No he podido evitar reirme al mismo tiempo que pensaba que estaba haciendo algo malo, ¡pero es que le pasó de todo!
ResponderEliminarLa realidad supera a la ficción y en humor negro se cumple mucho más.
Biblio Transtornado.
ResponderEliminarLa verdad es que parece chiste ¡Pobre! No quiero imaginarme en que estado llegarían los restos, con tanto percance y después de la larga travesía.
Saludos bibliófilos.
Estimado Marco Fabrizio:
ResponderEliminarEn efecto, el pliego de Lino Zamora que tengo tiene el mismo pie de imprenta, en concreto dice: "Imp. de Antonio Vanegas Arroyo, 22. de Sta Teresa No. 43. México".
debe ser de la misma época.
Abrazos,
Diego.
Querido Diego.
ResponderEliminarEs una hoja volante nada común, Esperemos verla en alguna próxima entrada.
Un abrazo