sábado, 16 de julio de 2011

Federico García Lorca. Poemas póstumos. Canciones musicales. Diván del Tamarít. 1945


El  Servicio Exterior Mexicano se  convirtió en una de las mejores  alternativas de  empleo para  muchos  escritores nacionales. A  finales de los años veinte, Alfonso Reyes le insistía al grupo de escritores denominado  los  Contemporáneos, sobre la conveniencia de incorporarse a la diplomacia como la única forma al alcance de adquirir experiencia, seguridad  económica y tiempo  para dedicarse a escribir. Por otra parte el  gobierno   mediante el  reclutamiento de  intelectuales podía   mostrar un mejor  rostro de la nación,  además, la  inversión no era  gravosa,  ya  que   mantenía   fuera  del   país  y  bajo  su nómina, a   quienes en un momento dado podían convertirse en  las  voces  criticas en  su contra.  Se presentó  una  relación en que  ambas  partes se  beneficiaron,  dando  como resultado  la larga  tradición  del embajador   intelectual en  la  que  Alfonso  Reyes y Octavio Paz  son los     ejemplos mejor  acabados. Es  pertinente  mencionar  que la mayoría de los escritores empleados como diplomáticos  cumplieron  satisfactoriamente con  sus obligaciones institucionales,  sin dejar de darse  algún  tiempo   para   otros asuntos. En 1927,  cuando José Gorostiza se dirigía rumbo a Londres, Genaro Estrada,  le encomienda mantenerlo al tanto de las novedades editoriales inglesas -tarea que Gorostiza cumplió con cariñoso afán

De  esa practica nacieron  intercambios literarios  que  resultaron a la postre muy  productivos,  algunos son ampliamente  conocidos como  el  de  Alfonso  Reyes  y Jorge  Luis Borges, y  otros no  tanto,  como el  caso   de  Genaro Estrada  embajador de México en España 1932-1936 con  Federico  García Lorca,  Esa relación es  el  origen de la  publicación de los  Poemas póstumos.

Cuando Genaro Estrada   se  enteró  de la muerte del  poeta granadino, escribió:

Tenía Federico  García Lorca mucho material inédito, entre  el  cual algunos  libros completos, Trabajaba  desordenadamente y  le  importaba un pito los editores y la publicidad.  Convencerle  de  que  publicara  un libro, de  que  diera  algún poema para las revistas  era  trabajo de Hércules. Pescarle en su  casa  en el extremo de la  calle de Alcalá, era  perder el tiempo, A lo mejor desaparecía lo mismo a las 10 de la mañana  que a las 5 de la  madrugada, por la  carretera de Granada  que por la opuesta de Tuy.
Tenía muchas  cosas que ahora se podrían  publicar inmediatamente: dramas, comedias,  romancillos, odas, estudios. Pero como si nada. Una vez  me  leyó, de un  tirón,  un  próximo  libro  suyo  por el  cual  tenía cierta predilección: Diván del Tamarít. El  Tamarít  se llama  una    granja  que  tienen  sus  padres en la  provincia de Granada  y es  donde  Federico solía  pasar  grandes descansos. En  otra  vez   me  confío un  cuaderno de poemas  inéditos, del estilo de  sus   canciones (1921-1924). Pude  copiar  solo unos  pocos, porque  por ese  tiempo debía yo  regresar a México.

La nota anterior nos permite suponer la intención del ex embajador  de  publicar los  poemas  que  alcanzó a  copiar, desgraciadamente  Genaro Estrada  falleció en  septiembre de  1937,  frustrando la  pronta  edición. El manuscrito quedó  en poder de  Guillermo  Jiménez    quien lo  cedió a la  revista Universidad  en donde  apareció el poema inédito  Paisaje  con  dos  tumbas  y un perro  asirio  y posteriormente  se  utilizó para   convertirse en  una de las  partes  que  forman   el presente libro.


(a)



El libro se  compone de  tres  secciones. La  primera contiene diecisiete  poemas denominados   Poemas  Póstumos

La  suite del agua
La selva de los relojes
Cuatro  baladas  amarillas
Herbarios
Cada canción
Canto  nocturno  de los marineros andaluces
Canción de la muerte  pequeña
Omega
Normas
Romance apócrifo de  Don Luis  a caballo
Soledad
En la  muerte de José de Ciria y Escalante
El poeta  pide  a su amor que le  escriba
Soneto
Soneto
A Mercedes en  su  vuelo
Canción  de  cuna  a Mercedes  muerta

La segunda contiene  trece  Canciones Musicales

Canción de las   tres  hojas
Canción de los  cuatro muleros
Canción del  café de chinitas
Romance de los  peligrinitos
Sevillanas del  siglo XVIII
Las  tres  morillas
Anda jaleo
Los  mozos de Monleón
Nana de Sevilla
Los  reyes de la  baraja
La tarara
Zorongo
Romance de Don Boyso

La  tercera parte se  integra  con  las  composiciones que  forman El  diván del Tamarít   publicado   originalmente  en  1936.


(b)

  La  confirmación  de haber  sido  tomados  los  poemas para  su  impresión    del manuscrito que  realizó  Genaro  Estrada  cuando Lorca  le facilitó los originales,  queda  de manifiesto en la   nota aparecida  en el poema La "Suite" del agua  (p. 13), en la  que  el editor  justifica la  ausencia  de una  palabra por ser "ilegible". (b)






El libro contiene un  retrato de García Lorca (a) del  artista  catalán  Francisco Dúran Segura  y cuatro  ilustraciones  realizadas en 1944   por  el  valenciano Gregorio (Gori) Múñoz Montoro. El  ilustrador  durante  su  juventud    mientras cursaba estudios en la Escuela de Bellas  Artes de San Fernando en Madrid, acudía  en sus  tiempos  libres a  las tertulias con  Gómez de la Serna  del Café  Pombo  y   al Café del Prado donde  conoció   a Luis  Buñuel, Azorín, Benjamín  Jarnés y a  Federico García Lorca.

En las últimas semanas hemos tenido la oportunidad de ver en el blog de nuestro amigo El bibliófilo  Incorrecto   magníficos libros de Federico  García Lorca,  razón que  nos  animo a presentar  este  modesto ejemplar con la  esperanza que  pudiera de alguna manera servir de complemento a sus siempre  entretenidas e  interesantes entradas.

García Lorca, Federico. Poemas póstumos. Canciones musicales, Diván del  Tamarít. México, Ediciones Mexicanas S. en P.,  1945. 104 pp. 21 X15.  1a edición. Con  cuatro  ilustraciones  fuera de texto de Gori Muñoz  y un retrato in  frontis de F. Domingo Encuadernación rústica de editor.




Bibliografía.


Shneider, Mario Luis. García Lorca y México. México  UNAM.1998.