El Servicio Exterior Mexicano se convirtió en una de las mejores alternativas de empleo para muchos escritores nacionales. A finales de los años veinte, Alfonso Reyes le insistía al grupo de escritores denominado los Contemporáneos, sobre la conveniencia de incorporarse a la diplomacia como la única forma al alcance de adquirir experiencia, seguridad económica y tiempo para dedicarse a escribir. Por otra parte el gobierno mediante el reclutamiento de intelectuales podía mostrar un mejor rostro de la nación, además, la inversión no era gravosa, ya que mantenía fuera del país y bajo su nómina, a quienes en un momento dado podían convertirse en las voces criticas en su contra. Se presentó una relación en que ambas partes se beneficiaron, dando como resultado la larga tradición del embajador intelectual en la que Alfonso Reyes y Octavio Paz son los ejemplos mejor acabados. Es pertinente mencionar que la mayoría de los escritores empleados como diplomáticos cumplieron satisfactoriamente con sus obligaciones institucionales, sin dejar de darse algún tiempo para otros asuntos. En 1927, cuando José Gorostiza se dirigía rumbo a Londres, Genaro Estrada, le encomienda mantenerlo al tanto de las novedades editoriales inglesas -tarea que Gorostiza cumplió con cariñoso afán
De esa practica nacieron intercambios literarios que resultaron a la postre muy productivos, algunos son ampliamente conocidos como el de Alfonso Reyes y Jorge Luis Borges, y otros no tanto, como el caso de Genaro Estrada embajador de México en España 1932-1936 con Federico García Lorca, Esa relación es el origen de la publicación de los Poemas póstumos.
Cuando Genaro Estrada se enteró de la muerte del poeta granadino, escribió:
Tenía Federico García Lorca mucho material inédito, entre el cual algunos libros completos, Trabajaba desordenadamente y le importaba un pito los editores y la publicidad. Convencerle de que publicara un libro, de que diera algún poema para las revistas era trabajo de Hércules. Pescarle en su casa en el extremo de la calle de Alcalá, era perder el tiempo, A lo mejor desaparecía lo mismo a las 10 de la mañana que a las 5 de la madrugada, por la carretera de Granada que por la opuesta de Tuy.
Tenía muchas cosas que ahora se podrían publicar inmediatamente: dramas, comedias, romancillos, odas, estudios. Pero como si nada. Una vez me leyó, de un tirón, un próximo libro suyo por el cual tenía cierta predilección: Diván del Tamarít. El Tamarít se llama una granja que tienen sus padres en la provincia de Granada y es donde Federico solía pasar grandes descansos. En otra vez me confío un cuaderno de poemas inéditos, del estilo de sus canciones (1921-1924). Pude copiar solo unos pocos, porque por ese tiempo debía yo regresar a México.
La nota anterior nos permite suponer la intención del ex embajador de publicar los poemas que alcanzó a copiar, desgraciadamente Genaro Estrada falleció en septiembre de 1937, frustrando la pronta edición. El manuscrito quedó en poder de Guillermo Jiménez quien lo cedió a la revista Universidad en donde apareció el poema inédito Paisaje con dos tumbas y un perro asirio y posteriormente se utilizó para convertirse en una de las partes que forman el presente libro.
(a)
El libro se compone de tres secciones. La primera contiene diecisiete poemas denominados Poemas Póstumos
La suite del agua
La selva de los relojes
Cuatro baladas amarillas
Herbarios
Cada canción
Canto nocturno de los marineros andaluces
Canción de la muerte pequeña
Omega
Normas
Romance apócrifo de Don Luis a caballo
Soledad
En la muerte de José de Ciria y Escalante
El poeta pide a su amor que le escriba
Soneto
Soneto
A Mercedes en su vuelo
Canción de cuna a Mercedes muerta
La segunda contiene trece Canciones Musicales
Canción de las tres hojas
Canción de los cuatro muleros
Canción del café de chinitas
Romance de los peligrinitos
Sevillanas del siglo XVIII
Las tres morillas
Anda jaleo
Los mozos de Monleón
Nana de Sevilla
Los reyes de la baraja
La tarara
Zorongo
Romance de Don Boyso
La tercera parte se integra con las composiciones que forman El diván del Tamarít publicado originalmente en 1936.
(b)
La confirmación de haber sido tomados los poemas para su impresión del manuscrito que realizó Genaro Estrada cuando Lorca le facilitó los originales, queda de manifiesto en la nota aparecida en el poema La "Suite" del agua (p. 13), en la que el editor justifica la ausencia de una palabra por ser "ilegible". (b)
El libro contiene un retrato de García Lorca (a) del artista catalán Francisco Dúran Segura y cuatro ilustraciones realizadas en 1944 por el valenciano Gregorio (Gori) Múñoz Montoro. El ilustrador durante su juventud mientras cursaba estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, acudía en sus tiempos libres a las tertulias con Gómez de la Serna del Café Pombo y al Café del Prado donde conoció a Luis Buñuel, Azorín, Benjamín Jarnés y a Federico García Lorca.
En las últimas semanas hemos tenido la oportunidad de ver en el blog de nuestro amigo El bibliófilo Incorrecto magníficos libros de Federico García Lorca, razón que nos animo a presentar este modesto ejemplar con la esperanza que pudiera de alguna manera servir de complemento a sus siempre entretenidas e interesantes entradas.
García Lorca, Federico. Poemas póstumos. Canciones musicales, Diván del Tamarít. México, Ediciones Mexicanas S. en P., 1945. 104 pp. 21 X15. 1a edición. Con cuatro ilustraciones fuera de texto de Gori Muñoz y un retrato in frontis de F. Domingo Encuadernación rústica de editor.
Bibliografía.
Shneider, Mario Luis. García Lorca y México. México UNAM.1998.
Una maravillosa edición con unas ilustraciones muy adecuadas.
ResponderEliminarTus reflexiones de cómo frenar las quejas de los intelectuales mediante la diplomacia no tiene desperdicio por su carga de razón...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGalderich.
ResponderEliminarEs una práctica que hasta el presente se ha mantenido como toda una institución y sigue funcionado muy bien como relación simbiótica.
La renuncia de Octavio Paz como embajador de México en la India en protesta por la represión al movimiento estudiantil en 1968 fue un caso único.
De todas maneras me parece que es preferible tener a un intelectual como embajador, que a un político en desgracia...
Un fuerte abrazo
Una edición preparada a partir de una copia manuscrita de un autógrafo parcialmente inédito ... como si hubiera sido 400 años atrás. Muy interesante esta edición de Lorca, y la historia, Marco.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Urzay.
ResponderEliminarTienes mucha razón, parece que se trata de un caso muy antiguo. Es una de esas ediciones que son posibles solamente a causa de un conjunto de circunstancias favorables.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Buena entrada.
ResponderEliminarLeer Lorca o sobre ello es siempre un placer para mí
Muy buena edición e hermosas ilustraciones (bien de acuerdo con los poemas)
Un fuerte abrazo
Caro Rui.
ResponderEliminarMe imaginada te iba a gustar, conociendo la gran pasión que tienes por la poesía.
Un abrazo.
Marco:
ResponderEliminarUn bello libro acompañado de un interesante comentario. Siempre es un placer visitarte.
Como es notorio España ha practicado muchas veces la costumbre de mandar a intelectuales al extranjero aunque la mayoría de las veces "sin sueldo". En Mexico sabéis mucho al respecto.
Gracias por tus amables palabras.
Un fuerte abrazo.
Alfonso.
Estimado Bach.
ResponderEliminarGracias a ti.
Te deseo nuevamente un feliz verano