Capilla del Rosario en Puebla.
La presente entrada la queremos dedicar a dos cuadernitos que tiene mucho en común, los dos son oraciones fúnebres, se componen de unas cuantas hojas, fueron impresos en Puebla a principios del siglo XVIII y son ejemplares típicos de sus producciones.
Gran repercusión encontró el barroco en la Nueva España, de sus inicios que recuerdan al español, pasó poco a poco por un periodo de modificaciones y adaptaciones resultado de las influencias ambientales y humanas, dando lugar al desbordamiento como característica principal del barroco novohispano. Una de las zonas donde floreció con mayor fuerza el estilo fue en el Obispado de Puebla, conservándose por fortuna algunas evidencias que nos hablan del esplendor que alcanzó.
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Tenemos que aceptar, que si bien, el arte tipográfico no alcanzó el nivel de maestría de las creaciones en pintura, literatura, música, arquitectura, si encontró algunas soluciones simples pero verdaderamente ingeniosas.
"Incorrectísimas y rudas" fue como se les calificó a finales del siglo XIX a los trabajos de las imprentas poblanas, no nos extraña que se haya emitido un juicio tan duro, por los mismos personajes que se dedicaron a destruir retablos y pinturas, demoler edificios, y tratar de desaparecer la memoria de una de las épocas más ricas de su propia historia.
Concediendo que la impresión sea ruda e incorrecta, no impide que dejemos de encontrar la belleza en la composición, la limitación de los recursos que se tenían disponibles se trató de compensar con una super abundancia de los mismos .
Existirá una mejor manera de explicar el "horror vacui" que utilizando como ejemplo alguna de las portadas que presentamos.
Como es de esperarse el contenido corresponde de manera muy precisa con el exterior.
El prólogo de la oración fúnebre que predicó Sebastían Santander comienza así:
" En el siglo Doña Juana de Barruecos y Palacios , la cual ayunaba, no a pan y agua, que pan no lo probó desde el día que la llamó Dios, hasta que entró de Religiosa; sino a tan poco agua, que muchas veces aplicaba la lengua a las piedras , y a las paredes , para que su humedad templase los ardores que padecía..."
A pesar de que el barroco vivió sus mejores tiempos hace siglos nos sentó tan bien, que de alguna u otra manera sigue estando tan presente entre nosotros, cada vez que comemos, escribimos o hablamos se hace palpable su existencia.
1. Menéndez , Juan Tomas. Oración Fúnebre En las honras De ... Doña Aldonza De Ormachea. Puebla en la imprenta Plantiniana de D. Joseph Pérez. 8o Port. V en b. + 10 h prls 17 pp. 1709
2. Santander Sebastían. Oración Fúnebre que Predicó el M.R.P. M. Fr. Sebastían de Santander... Imprenta de la viuda de Miguel Ortega. 8o, Port. orlada, v, en blanco 9 hojas 14 folios. 1719 dos ediciones y una tercera en la ciudad de Sevilla 1723.
Ciertamente la carestía de medios debió agudizar la imaginación. Son dos claros ejemplos de originalidad, gusto estético, refinamiento e ilusión por hacer su trabajo lo mejor posible. Para nada incorrectas o rudas.
ResponderEliminarGracias por tu aportación novohispama.
Saludos bibliófilos.
Lamberto.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tus amables comentarios.
A mi en esepcial la originalidad de los impresos poblamos me encanta.
Saludos bibliófilos.
¡Lo que tienen los tiempos; llamar rudas y toscas a esas impresiones! Son muy bellas y tienen su impronta especial, algo indefinible que cuando las vemos inmediatamente, sin ver el pie, se aprecia su sabor y origen de la Nueva España. Saludos bibliófilos.
ResponderEliminarDiego.
ResponderEliminarAfortunadamente esos tiempos ya pasaron.
Actualmente hay un verdadero interés por recuperar toda la herencia de las creaciones virreinales.
Gracias por tu comentario
Saludos bibliófilos.
Marco Fabrizio,
ResponderEliminarMe encantaron estas dos portadas y creo que estan íntimamente relacionadas con el arte colonial mexicano del que Puebla y alrededores (por lo que vi en mi visita a México) son un claro ejemplo. Me fascinó ese horror vacui en retablos y artesonados y sobretodo ese gusto indígena que se transparentaba por todas partes. Una fusión muy linda, como las dos portadas.
Como veo, todas las épocas han tenindo sus iconoclastas de épocas anteriores que han destruido un patrimonio que ahora encontramos en falta. Suerte que no llegan a todas partes.
Gracias por estas dos portadas de estas oraciones fúnebres.
Galderich.
ResponderEliminarTienes mucha razón, las oraciones son la manifestaciónt tipográfica de todas las circunstancias que mencionas. La primera vez que las vi, no pude evitar relacionarlas con un retablo.
Muchas gracias por tus comentarios,