Conforme se aproximan las conmemoraciones del bicentenario del inicio de la Independencia y del centenario del inicio de la Revolución, se multiplican las actividades destinadas a recordar ambos eventos, nos invade una fiebre por celebrar que ha desbordado los ámbitos a los que normalmente se circunscriben este tipo de acontecimientos. Espectáculos multimedia, anuncios televisivos, acuñación de monedas conmemorativas, impresión de billetes, montañas de libros sobre el tema saturan los escaparates, las viejas calles han adquirido nuevos nombres, el Circuito Interior ahora se llama " Circuito Bicentenario", seguramente esto es sólo la antesala de lo que todavía nos falta por ver el próximo año.
Sin duda compartimos el entusiasmo generado, pero creemos que la ocasión no debería quedar solamente en una celebración superficial , debe de convertirse en una oportunidad para reflexionar sobre los acontecimientos, sobre todo si consideramos que hasta hace muy poco la historia de la Revolución era la historia del PRI y como toda historia oficial era maniquea, propiciada, patrocinada y mitificada, con el fin de justificar un régimen y por lo mismo, alejada de la verdad.
En ese tipo de historia los protagonistas pierden su calidad de seres humanos, por un lado los revolucionarios se convierten en santos laicos, jamás se equivocaron, sus acciones son justas y todo lo que hicieron fue en bien de la patria, en contraparte los porfiristas encarnan los aspectos más negativos. Los buenos son muy buenos y los malos son terribles. El problema se complicó cuando los revolucionarios se dividieron y comenzaron a matarse entre si, la solución para resolver tal inconveniente fue sepultarlos juntos y de paso la historia de lo que realmente sucedió.
Algunas personas se convirtieron en cronistas conservando la memoria de aquellos aciagos días, muy pocos trabajos llegaron a las prensas, impidiendo contar con testimonios que hubieran sido útiles para comprender la verdadera dimensión de los acontecimientos. En los años inmediatos cualquier persona que se atreviera a denunciar esos actos se le consideraba como traidor y se le desprestigiaba, no atacando la validez de sus argumentos; sino etiquetándolo como reaccionario o contrarevolucionario.
Uno de los pocos libros que se publicaron en donde se presenta parte de lo que pasó fue Los crímenes del Zapatismo, el principal valor que tiene como testimonio, radica en que el autor fue el secretario de Emiliano Zapata quien en su condición de testigo presencial da fe detallada de los sucedido, desde que se originó el movimiento hasta 1913.
Los actos de violencia narrados en este libro, no se cometieron en contra de los funcionarios gubernamentales, militares, hacendados o jefes políticos, quienes de inmediato se pusieron a buen resguardo. Los crímenes fueron en contra de la gente del pueblo, cualquier persona que tuviera zapatos se le llamaba "científico" y se le consideraba por ese simple hecho como enemigo de clase. Las heroicas acciones militares del "Ejercito libertador del sur" fueron en contra de las guarniciones que organizaban los vecinos de los poblados para defenderse..
Una de las jornada más crudas relatadas en el libro fue la toma del poblado de Jonacatepec. Emiliano Zapata firmó un armisticio en el que se comprometió a salvar la vida, honra y propiedades de todos los vecinos, no incendiar las casas, respetar los archivos del registro civil, no abrir las puertas de la cárcel y garantizar la vida de todos los defensores. En cuanto los defensores de Jonacatepec entregaron las armas, el armisticio fue letra muerta.
"Los presos fueron llevados a la escuela y después de sujetarlos a un sin número de vejaciones, que no pueden relatarse por lo asqueroso e inmoral , empezó la ejecución .
A uno le bajaron la piel de la planta de ambos pies y lo hicieron que bailara un jarabe al son de una chirimía y un bote de petróleo vacío a guisa de tambor, golpeado con dos pedazos de madera . Después de que hubiéronse reído largo rato por los gestos de dolor que hacía aquel desdichado , lo acribillaron a balazos.
A otro lo ataron con un cordel de las partes viriles , y lo arrastraron por todo el salón , en medio de una algarabía diabólica, hasta que el cordel cortó los mienbros de aquel hombre. Cuando pretendieron que se levantara para acribillarlo a tiros, había exhalado el último aliento.
A otro después de azotarlo bárbaramente, le introdujeron por el recto un cohete de dinamita, y cuando ya estaba agonizando por los tremendos dolores que le produjera el terrible castigo a que había sido sometido, prendieron la mecha, a cuyo estallido el cuerpo de aquel hombre fue arrojado en mil pedazos en distintas direcciones del salón, salpicando las paredes con trozos de carne que se quedaban como incrustados."
El autor es un zapatista convencido, a lo largo del libro se empeña en deslindar a Zapata de los actos violentos, se toma la precaución de adjudicar a la indisciplinada tropa toda la responsabilidad, pone especial empeño en culpar de los hechos más monstruosos a Ricarda Zentenas, alias Benita Vardera, también conocida en las filas zapatistas como la Coronela Pepita Neri famosa por haber asesinado a su esposo años antes en la ciudad de México.
No deja de ser curioso que el libro sea uno de los primeros en incorporar las clásicas imágenes de los personajes revolucionarios.
Melgarejo, Antonio. Los Crímenes del Zapatismo (apuntes de un guerrillero). México, F.P. Rojas y Comp. Editores. 1913. 168 pp.
Marco Fabrizio,
ResponderEliminarLas commemoraciones muchas veces sirven para refrendar la Historia Oficial.
Testimonios como estos son difíciles de encontrar porque se han silenciado. Lo que hace falta ahora es ir a los archivos y documentación privada donde hay rastros de las barbaridades ocasionadas en todas las guerras por ambos bandos.
Pero lo que hace falta es voluntat política y no mitos!
Interesantísimo libro con unos grabados de alta calidad y muy expresivos de los que pasó.
Galderich.
ResponderEliminarLos mexicanos actuales tenemos la fortuna de no conocer los horrores y destrucción que acarrea una guerra, sobre todo una guerra civil que es la más cruda de todas.
La violencia se generó por todos los bandos, pero invariablemente los pobres fueron los que más sufrieron.
Es importante tenerlo presente, sobre todo ahora que abundan demagogos que quieren construir su capital político a partir del enfrentamiento entre mexicanos.
Saludos y muchas gracias por tu comentario.
Amigo Marco Fabrizio:
ResponderEliminarTremendo testimonio que como bien dices pasa silencioso sobre la historia oficial.
En todas las revueltas sucede lo mismo. No hay más que leer a Chateaubriand para tener una visión bien diferente a la que nos han enseñado de lo que fue la Revolución Francesa: crueldades sin límite al estilo de las narradas en tu libro.
Me asusté un poco al leer el título del libro pues leí equivocadamente “crímenes del zapaterismo”. Afortunadamente los desaciertos y desafueros del presidente Zapatero son de otro talante que si no fuese por su trascendencia serían hasta divertidos: las tropas españolas van a la guerra de Afganistán en "misión de paz" y otras lindezas por el eltilo.
Saludos bibliófilos.
Estimado Diego.
ResponderEliminarMe encanto eso de "Los crímenes del Zapaterismo" no pude evitar soltar una carcajada.
Tienes razón, una vez que se hace presente la crueldad de la que somos capaces, estas revueltas pierden parte del aire mítico, con el que suelen envolverlas.
Saludos bibliófilos.
Interesantísimo libro con un testimonio que, como bien dices, pasa silencioso sobre la historia oficial, grabados muy buenos y expresivos de lo que pasó.
ResponderEliminarEn verdad todos los gobiernos hacen de los mitos su historia la cual ni siempre corresponde a lo qué hay sucedido (la verdad es siempre un poco incomoda por las “personas de de bien”…)
Saludos
Rui.
ResponderEliminarParecer común denominador que los gobiernos acomoden los hechos, de la manera que más les conviene. Que bueno que te gustaron los grabados, creo que reflejan muy bien, el espíritu del libro.
Gracias por tu comentario
saludos.
Don Marco quiero felicitarlo por su blog, soy el editor de Hispanoamérica. Artes del Libro y quisiera avisar de un reporte escrito por Juan Manuel Lizárraga para la Universidad Complutense sobre los blogs dedicados al universo del libro. He dejado el link en mi blog. Le mando un cordial saludo
ResponderEliminarRodrigo Ortega
www.artesdellibro.com
Rodrigo.
ResponderEliminarMe da un enorme placer, recibir tu comentario, soy un asiduo y antiguo lector de HispanoamérIca Artes del libro.
Muchas gracias por la buena noticia.
Saludos.
Marco: enhorabuena por tu blog: es magnífico!
ResponderEliminarUno de los tabúes nacionales mas absurdos es el no visualizar al zapatismo y a toda su cursi mitología "cecehacera" ni con el pétalo de ningun análisis; nos tragamos la historia oficial sin masticarla y aceptamos al personaje morelense como a la virgencita de Guadalupe y echamos rollos insustanciales sobre Zapata con los ojos en blanco y con el sacrosanto Womack en el sobaco.
Ya va siendo tiempo de examinar objetivamente al zapatismo y no únicamente en el plano anecdótico de sus mezquindades, sino sobre todo en el político, y descubrir el gran bloff fotogénico que inventó Soto y Gama y del que se sirvieron todos los políticos desde Obregón y Calles, hasta hoy día.
Pero ese es otro asunto.
Muy interesante también y con todas las reservas, un libro de autor: "El mito e Zapata", de José de la Luz Valdés, editado en Saltillo en los años sesentas, que solo se encuentra, con suerte, en tarde en librerías de viejo y tenderetes.
Saludos
Armando.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus amables comentarios.
Tienes toda la razón Estas fechas deberían convertirse en la oportunidad de cuestionar los mitos que nos vendió la historia gubernamental. Desgraciadamente mucha de la historia de bronce le están poniendo chapa de oro.
No conocía el libro de José de la Luz Valdés, lo tendré en mente en mis visitas a las librerías de viejo.
Nuevamente gracias y saludos.
Hola Marco:
ResponderEliminar¿Podrías decirme si los dibujos vienen firmados ?
Felicidades por tan buen blog
Hola Miguel Ángel.
ResponderEliminarCon mucho gusto.
Solamente dos de los dibujos vienen con una firma, que nos es del todo legible, tengo dudas en la primer letra, puede ser: F. Cervantes ó I. Cervantes.
No he podido conseguir mayor información.
Gracias y saludos.