Revista de Revistas es una publicación que ha pasado a la historia editorial mexicana, principalmente por las portadas que elaboraron para ella talentosos diseñadores entre los que destacó Ernesto García Cabral mejor conocido como el "Chango Cabral" la calidad de la portada correspondía totalmente a la calidad del contenido. Una de las jóvenes plumas que colaboraba regularmente era la de Fernando Benítez, quién nos legó el curioso retrato de algunos bibliómanos de la segunda mitad del siglo XIX.
Compraba diariamente, por cinco o diez centavos , algunos libros y se marchaba entre las risas de los libreros y los regocijados comentarios de los eruditos Uno de los más apasionados bibliófilos de aquel tiempo, no pudiendo contener la curiosidad que le causaba la extraña manía del señor Pool , lo abordó decidido una mañana.
-Perdone la impertinencia, Señor Pool ¿No podría usted decirme por qué causa compra únicamente libros truncos?
-¡Oh, es muy sencillo de explicárselo!- Prorrumpió el extraño personaje, feliz en poder contar la causa de tan peregrino gusto-. El lector de una novela es, si usted quiere, el apasionado espectador de una serie de sucedidos interesantes o no, pero su papel es solamente pasivo, su intervención en la obra de arte casi nula. Si yo leo nada más el primero o último tomo de una obra novelesca, desconozco el desenlace o planteamiento que fingió el autor. La imaginación entonces, en ves de levantar tan disparatados castillos en el aire puede crear diez, cien, mil desenlaces, y otros tantos comienzos, quizás más interesantes que los tejidos por el autor de la novela. Además queda en el espíritu la inquietud de lo desconocido , esa inquietud creadora a la que debemos los mejores descubrimientos y las admirables ficciones. Usted no me negará que cuando aclaramos, lo que fue para nosotros un turbador misterio, siempre quedamos defraudados. Lo desconocido es para los hombres más bello que la más bella de las realidades.
Eso por lo que respecta las obra de la imaginación. En cuanto a las científicas, usted convendrá conmigo que si me interesa la Revolución francesa no tengo la necesidad de leer toda la historia de Francia, y que si deseo conocer los fenómenos de la electricidad, no estoy obligado a estudiar todos los engorrosos capítulos de los que se compone la física .
Ahí tiene usted explicada la razón de mi extraña manía, lo que seguramente le habrá causado un desencanto.
Y quitándose con un gesto británico su enorme sombrero de fieltro, se alejó a grandes trancos de la soleada plaza
Al morir el señor Pool completamente abandonado, la policía encontró su cadáver rodeado de cinco mil volúmenes polvorientos sin hallarse, en esa cantidad , una sola obra completa."
Fuente de Fray Bartolomé de las Casas.
Antes de que fueran concentrados en el mercado del Volador, los puestos de libros viejos se encontraban en el espacio localizado en el costado oriente de la Catedral y el antiguo Seminario Conciliar, lugar conocido como Plazuela del seminario o Paseo de las cadenas. Desde 1855 el ayuntamiento otorgó permisos para la instalación de los libreros, algunos rentaban los kioscos con techo de dos aguas y puertas de madera, otros más modestos los ofrecían afuera del Sagrario, en el suelo, sobre simples tarimas.
Ya en el siglo XX con la ampliación del atrio de la Catedral, la demolición del Seminario Conciliar y los trabajos de excavación del Templo Mayor, el sitio experimentó una completa transformación. En el lugar que anteriormente se intercambiaban libros, ahora se encuentra la fuente de Fray Bartolomé de las Casas, ya no queda huella física de lo que una vez fuera el corazón librero de la ciudad , pero por fortuna permanecen los relatos de aquellos libreros y en especial de los pintorescos personajes que acudían incansables a la interminable búsqueda de tesoros de tinta y papel .
Bibliografía.
Benítez Fernando. Cuatro bibliómanos del siglo XIX. México. Revista de Revistas, 2 de septiembre de 1934.
Novo, Salvador. Nueva Grandeza Mexicana, México, CNCA .1988
Es curioso como en Barcelona los libreros también se establecieron delante del Seminario. Hoy sólo queda un puesto que se dedica únicamente a la venta de revistas y DVD pornogràficos... ¡gran contraste, o no, que esté enfrente del Seminario!
ResponderEliminarPor cierto, hermosa historia la de este bibliófilo norteamericano.
Galderich.
ResponderEliminarPues sí, es una coincidencia muy interesante. Supongo que los seminaristas son muy buenos clientes... me refiero por supuesto a los libros. :-)
Saludos.
En el MUNAL (frente a Minería) se presenta una colección maravillosa de las portadas realizadas por el "chango" Cabral en Revista de Revistas.
ResponderEliminarEditorial Buxi.
ResponderEliminarMuchas gracias por el dato, ya sabemos como ocupar algunas horas del próximo fin de semana.
Saludos.