lunes, 2 de febrero de 2009

MANUEL GÓMEZ MARIN, EL CURRUTACO POR ALAMBIQUE. 1799


El miércoles 8 de mayo de 1799 la Gazeta de México publicaba en su sección de encargos el siguiente anuncio: "El Currutaco por Alambique, Poema satírico-burlesco por el Dr. Don Manuel Gómez, Catedrático de Teología en este Colegio Seminario, se hallará con su estampa, al precio de 2 reales donde esta Gazeta".
Don Manuel, originario de San Felipe el Grande (actualmente San Felipe del Progreso) ocupó un lugar principal en el ambiente intelectual novohispano de finales del s. XVIII y principios del XIX su producción literaria es amplia y destacan sus obras en latín. Sin embargo ninguna de sus obras gozó de mayor popularidad que El Currutaco. En el ambiente anticlerical y antivirreinal reinante en México durante los siglos XIX y XX se le ignoró por completo, al grado de que a pesar de sus méritos su obra continua siendo poco conocida.
Aunque se calificó al Currutaco de poema satírico-burlesco es un documento de gran valor, que refleja en gran medida la mentalidad de la clase ilustrada novohispana. Se puede identificar las tensiones existentes entre europeos y americanos, la posición social de los criollos y el lugar asignado a los indígenas, la critica hacia el afrancesamiento en las modas y un sin fin de cosas más que permiten comprender la gran importancia del documento.

Se publicó en los talleres de Zuñiga y Ontiveros en un cuadernillo en octavo 16 pp, 14 p. de texto.
En la actualidad resulta muy difícil conseguirlo, lo que nos mueve a reproducirlo para los interesados.



CURRUTACO POR ALAMBIQUE.
Cierta noche de invierno,
( que también la hay muy crudo en el infierno)
un diablo impertinente,
cual botánico y químico excelente,
con maliciosos intento
se empeño en disponer un cocimiento
de cuanto malo había,
solamente por ver que salia.
Tomó un inmundo vaso,
que era el más oportuno para el caso,
y en el fue introduciendo
cuanto a su gran cabeza iba ocurriendo:
blasfemias, maldiciones,
perjurios, ignominias y traiciones
quintales de ignorancia,
de vanidad de orgullo y de arrogancia:
mentiras, embriagueces,
sátiras, bufonadas y sandeces;
embustes falsedades
sofismas, chismes, infidelidades,
desvergüenzas, dicterios,
bestialidades, raptos, adulterios
con otras mil porciones
que agregaron de valde los mirones,
como bravatas , riñas,
incestos, sacrilegios y rapiñas.
Y cuando ya todo esto
en aquel gran caldero estaba puesto,
otro diablo taimado,
que en silencio hasta entonces se había estado,
tocándose los cuernos,
(usada ceremonia en los infiernos)
después de una tosida,
señores dijo, lo mejor se olvida,
pues no se ha dicho nada
del caldo en que se ha de hervir esta fritada.
Tienes razón dijeron
aquellos practicantes que lo oyeron.
que es muy justo que se atienda
al complemento de esta gran merienda.
Así los condenados
según sus dignidades y sus grados,
fueron votando todos,
y expusieron su juicio a mil modos.
Un pobrete el primero,
de malísima capa y peor sombrero,
catador sin segundo
de los mejores caldos de este mundo
la capilla terciada,
y una ala del sombrero levantada,
señores dice al corro,
o es preciso tenerme por buen porro,
o el mejor ingrediente,
sin duda debe ser el aguardiente.
Mucho me cuadra el voto,
gritó desde su asiento otro más roto:
pero advierto a conciencia
( y cuidado que es larga mi experiencia)
que es mejor que el de España
el aguardiente puro de caña.
Llamanle chinguirito
por lo feroz, lo acre y lo maldito;
y si hay quien lo resaque,
toma también el nombre de aspirriaque;
pues su aspereza es tanta,
que entra siempre raspando la garganta.
Y para persuadirlos,
concluyo brevemente con deciros,
que tengo una cabeza
de un increíble vigor y fortaleza:
que sin dolerme una uña,
soy capaz de beberme a Cataluña:
pues me tomo un barril, y me estoy quedo,
de Chacolí, Anisete,
de Málaga, Peralta Pajarete,
o tintilla espichada,
y parece que no he tomado nada:
mas con solo un traguito
del monseñor Aspirriaque , me vomito,
se me resbala el suelo,
se me viene abajo todo el cielo,
me caigo, me apasiono,
y a la verdad confieso que me enmono:
me quedo como muerto,
y pasados tres días aún no despierto.
¿Cuadra pues el calducho
que yo he propuesto a Useñorias? y mucho
respondieron algunos;
pero otros se opusieron inoportunos
con vituperios tales,
que ya no escuchaban los vocales.
Resonaba la gruta
con la grita y fervor de la disputa,
hasta que el presidente,
volviendose a aquellos con sañuda frente,
callad les dice al punto,
y oigamos a otros sobre el mismo asunto.
De esta ocasión se vale
un indio miserable que allí sale,
haciendo acatamientos
por donde quiera que descubre asientos:
y en estilo prolijo,
después de mirar mucho el revoltijo,
empezó a citar leyes
en favor, ya se ve, de los magueyes,
trayendo a la memoria
los elogios que se hallan en la historia
de esta preciosa planta.
Mas apenas el indio se adelanta
a persuadir con esto,
que el químico echará sin duda el resto,
si del pulque echa mano,
cuando sobre mi triste americano
llovieron torniscones,
insultos, puntapies y bofetones
de marruecos, ingleses
de escitas, árabes, dinamarqueces
de etiopes.. ¿Mas que intento
el furor describir y el ardimiento
con que todos estaban,
y al pobre cuatro orejas maltrataban?
!Que insigne majadero¡
exclamó a gritos el infierno entero:
téngase por ninguno
un voto en realidad tan inoportuno.
Estaba puntualmente
a la diestra del dicho delincuente
un francesillo mono,
que en magistral y decisivo tono,
dandole con la mano
palmaditas al pobre americano
chico, le decía, tate,
bien se conoce que eres tecomate.
Y al corro convertido.
yo compañeros, dice, he discurrido
completar esta pieza
usando sólo la mejor cerveza
¿Quien se acordaba de eso?
respondió palmeteando aquel congreso:
ella no vale nada,
pero qué hemos de hacer si es tan usada:
es amarga , es nociva,
más sin embargo la cerveza viva:
y pues sola ella sobra,
venga cerveza y continúese la obra.
Hizose puntualmente
según la aclamación de aquella gente,
y avivandose el fuego,
empezo a hervir el mixto desde luego,
pero con fuerza tanta,
que hasta el célebre químico se espanta:
veíanse en borbotones
asomarse hacia arriba las traiciones:
precipitabanse éstas,
y su vez ocupaban las requestas
los más torpes dicterios
desvergüenzas, estupros, adulterios,
siendo lo más notable
que todo aquel congreso respetable,
al ver cada mudanza,
buena, gritaba, buena va la danza.
Todo el fuego se apura
para que tome punto la mixtura,
y cada cual se empeña
en que al caldero no le falte leña.
Era cosa de risa
el  ver en el infierno aquella  prisa
con que los condenados,
alrededor  de  la olla colocados,
 a un  tiempo la soplaban,
y  aun con la  boca el  fuego  reforzaban.
Pero con  qué porfía
 el  diablo   boticario  revolvía
por  quince  días  cabales
sus  ya medio  cocidos materiales:
mientras  los arlequines,
o llamémoslos diablos galopines,
con  no  menor presteza,
de  cuando  en  cuando echaban más  cerveza,
según  les ordenaba
el químico  que  aquello  manejaba.
En esta alternativa,
convertida la olla  en  ascua  viva,
con  un afán  eterno
emplearon  muchos días del infierno:
pero fue necesario
que la  empresa dejara el boticario:
porque  !qué  pestilencia!
faltóles a los  diablos la paciencia,
sin  que  fuese posible
tolerar el hedor tan insufrible
que el   vaso despedía;
y  cada   practicante  repetía,
viéndose  medio  ahogado,
¡ oh mal haya mil  veces el  gisado
que  tanto  nos  emporra,
sin  saber en qué para  esta  camorra!
Mas llegó finalmente
el tiempo que esperaba aquella gente;
y salió de aquel vaso,
(pasmese todo mundo al oír el caso)
salío por fin, repito,
de allí un hemafrodita muñequito:
cuyo traje y figura,
semblante relamido y compostura,
presento una persona
que obligaba a dudar si es mono o mona:
de hembra el cuerpo parece,
pero el lama es de macho y merece
llamarse hemafrodita,
aquel que siendo macho a la hembra imita.
Pero tratado el punto
con cuanta gravedad pedía el asunto,
decretó el boticario,
que por un privilegio extraordinario,
no obstante el talle fino,
perteneciese al sexo masculino.
Su mujeril peinado,
pendiente una balcarra en cada lado,
y un zarcillo o arete
era el adorno de este mozalbete.
De una gasa muy fina,
o tal vez de floreada muselina,
un rollo inmenso hacía
en donde hasta la boca se metía.
Era escaso el chaleco,
porque tenía el prurito este muñeco
en que el calzón subiera
casi hasta donde acaba la chorrera:
si es que tenía calzones,
que en esto hubo diversas opiniones.
Los primeros que vieron
a este malvado bicho, presumieron
que los tendría pintados,
y así lo parecían por lo ajustados.
Hubo allí otros peritos,
que sin recelo defendían a gritos,
que tal calzón no usaba,
pues que la carne viva se miraba:
pero un diablo machucho,
compañeros,les dijo, este avechucho
a la corva se aplica
una charreterita, y esto indica
que sus calzones tiene;
porque si no la hebilla ¿a que fin viene?
Entonces ya curioso,
usa de un microscopio poderoso,
y observa diligente
con la virtud y auxilio de la lente,
que aquellas piernas flacas,
que por modestia no las llamo estacas,
le cubrían un liencecito
tan delgado, tan fino y exquisito,
que tenía mil razones
los que al mono creyeron sin calzones.
Item tenía el monillo
un casacón o fraque hasta el tobillo,
al pecho abotonado
pero angosto hacia atrás en tanto grado,
que hablando sin mentira,
no era otra cosa que una pobre tira,
que el aire volaba,
y al infeliz trasero destapaba.
Concluyo su retrato
con añadir un solo zapato
ya parecía lanceta,
o barco veneciano que se fleta.
Todo él, si me apura,
era la más ridícula figura
que han visto los vivientes,
como hijo al fin de tales ingredientes.
El demonio aturdido
al ver de lo que el vaso había salido,
sin concebir siquiera
el que tanto pecado le cupiera
a este muñeco flaco,
!Oh tu, le dice, insigne Currutaco,
hijo de mis entrañas,
tu solo eres capaz con tus patrañas,
y con tus monerias,
de abastecer mi reino en pocos días:
te juro por mis cuernos
que nunca han conocido los infiernos
un ente semejante:
sal de aquí pues, oh Currutaco andante,
hijo mío sin segundo,
y los países recorre del gran mundo:
propágase tu casta
y no he de menester más, esto me basta
Dijo: y el misionero,
tomando en una mano su sombrero,
y en la otra una varita,
volviendo a todas partes su carita,
y haciendo otras monadas,
agur dijo a los diablos, camaradas.
Aquí sacó el pañuelo,
y arrastrando los pies por aquel suelo,
y tarareando un poco,
se escapo del infierno este gran loco.
Mas desde aquel instante
nos dio señales ciertas de un vagante,
pues corrío las naciones,
y en todas ellas nos dejo lecciones
del modo de peinarse,
de sonreirse a la moda y de menearse,
de llegar a un estrado,
y con cierta confianza y desenfado
sobre cualquier silla
arrojar el sombrero y la varilla,
tomando muy contento
entre las mismas damas un asiento:
charlar con todas ellas
declararlas sus celos y querellas,
hablar de coliseos,
de banquetes de bailes y paseos,
y de otras mil soflamas
con que halagan el gusto de las damas.
!Pero quien lo creyera
el que tan fácilmente se extendiera,
aun entre gente fina,
la lección de este mono y su doctrina¡
Yo confieso pasmado
que casi todo el mundo se ha enmonado,
según las monerías
que estamos observando en nuestros días
y al fin ha conseguido
reforzar el demonio su partido,
pues con tales lecciones
hay monos y monitas a millones.
!Mal haya el boticario
que nos dio este muñeco estrafalario¡













8 comentarios:

Anónimo dijo...

La ilustración del texto es riquísima y está al final del ejemplar de la coleccion Teixidor en la Biblioteca Mexico.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por compartir este documento tan importante. Sin duda, a los que estudiamos la literatura del periodo, y no lo habíamos localizado, nos serán de gran utilidad.
Gracias y un saludo
Esther

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Anonimo 1 .
Muchas gracias por la información. voy a consultar el texto de Teixidor, haber si podemos incluirlos.

Saludos.

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Esther.

Gracias a ti, por visitar la página.
Cuando lo subí temí aburrir a mis pacientes y sufridos lectores. Me da mucho gusto que les resulte útil.

Saludos.

Anónimo dijo...

SIN DUDA EL CURRUTACO ES UN DOCUMENTO UNICO EN SU GENERO, YO TENGO EL PLACER DE TENER UNA EDICION, Y EL GRABADO QUE APARECE EN SUS PRIMERAS PAGINAS ES MUY BUENO.

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Anónimo.
Tiene toda la razón es un documento maravilloso. Lo felicito por la posesión del mismo.

Abusando de su amabilidad, quizá nos pudiera facilitar un imagen del grabado para complementar la entrada.

Muchas gracias por sus comentarios.
Saludos

Padre Miguel Zavala-Múgica dijo...

Conocí "El Currutaco por Alambique" mientras trabajé en el Archivo de La Profesa con el Padre Luis Ávila Blancas, C.O., allá por 1987. En tal archivo hay ejemplares de esta obra y otras muchas, como: TARDES AMERICANAS --TRABAJADAS POR UN INDIO Y UN ESPAÑOL.

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Padre Miguel Zavala-Múgica.

Le agradezco mucho su visita, y la información que hace favor de compartirnos.

Saludos

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