De vez en cuando aprovecho las mañanas de los domingos para acudir al mercado de antigüedades que se pone los fines de semana en el jardín Dr. Ignacio Chávez ubicado sobre avenida Cuauhtémoc. En una de las acostumbradas visitas localicé entre un montoncito de papeles el catálogo de una librería que me pareció muy atractivo. Recurrí de inmediato a las obras disponibles sobre las librerías en la ciudad de México para obtener alguna información sobre el establecimiento, desafortunadamente la Librería Letrán no se encontraba en ellas.
La duda permaneció hasta que tiempo después caminando por el Eje Central, nombre con el que ahora se conoce a la antigua Avenida de San Juan de Letrán aproveché para dar un pequeño reconocimiento a lo que fuera el número ocho . Me resultó imposible identificar algún vestigio del hermoso local que aparece fotografíado en el catálogo, pero al otro lado de la avenida en el número cinco estaba una de las librería de Cristal, que forma parte del grupo Noriega y se denomina sucursal Letrán. Ni tardo ni perezoso atravesé la calle y pregunté a los dependientes si el establecimiento tenía alguna relación con la antigua Librería Letrán. Uno de ellos me pidió que esperara, tomó el teléfono y trás una breve charla quedó concertada la cita. Unos días después el Sr. Carlos Noriega, tuvo la gentileza de recibirme y contarme la historia del establecimiento que perteneció a sus hermanos.
Vista general de la librería.
Todo comenzó a finales de los años treinta cuando se les comunicó a los señores Noriega que el local que ocupaba su zapatería tendría que ser cerrado temporalmente mientras se realizaba la construcción del pasaje Savoy, vía comercial que serviría para comunicar a San Juan de Letrán con la calle 16 de septiembre. Durante el tiempo que duró la remodelación, se tomó la decisión de cambiar de giro, los hermanos Noriega no estaban seguros sobre la nueva actividad a que se dedicarían, lo único de lo que estaban ciertos, era que no continuaría siendo zapatería. Camisería, pastelería fueron algunas de las opciones que se pusieron en la mesa, pero finalmente la decisión fue poner una librería. De esa manera en 1940 abrió sus puertas.
El momento fue muy propicio, las campañas de alfabetización, así como el aumento de la escolaridad habían incrementado el número de lectores potenciales, y la industria editorial experimentaba gran auge como producto de la demanda e impulsado por el establecimiento de escritores, ilustradores y editores que llegaron con la emigración republicana. Los estragos provocados por la Segunda Guerra Mundial en el comercio trasatlántico, así como la situación política repercutían en la disponibilidad de libros que habitualmente procedían de España.
Una de las alternativas en ese momento fue ir a buscar los libros que hacían falta a Argentina.
"Mi hermano Pepe conoció a don Pedro García dueño de la librería y editorial El Ateneo, desde el momento en que se conocieron se cayeron muy bien, don Pedro le otorgó crédito para la adquisición de libros, fue así que comenzamos con la importación de libros desde Argentina."
En el catálogo de 1944 además de las producciones nacionales se pueden encontrar una cantidad considerable de sellos argentinos entre otros Colección Austral, Editorial Sudamericana y Ediciones Anaconda.
El establecimiento ofrecía para ese año más de 1500 títulos con un rango de precios que oscilaba desde $1.50 que costaban las biografías de Zweig, hasta los $450.00 por las obras completas de Pérez Galdós de Editorial Aguilar. Con el paso del tiempo la librería comenzó a editar sus propios libros.
En las siguientes décadas, el pasaje Savoy , junto a los comercios que albergaba, (Cinelandia, Camisería Rio, Los Tranvías etc. ) vivieron su época dorada. Lamentablemente la zona sufrió un paulatino deterioro. La librería junto a la mayoría de los negocios que le dieron renombre al pasaje, desaparecieron para siempre. En la actualidad quedan muy pocas huellas, de aquellos tiempos.
Aparador central.
Entrada lateral. Entrada principal.
Inspirado en el negocio de sus hermanos, Carlos Noriega abrió en el año 1946 la Librería Bellas Artes, negocio especializado en libros técnicos y científicos. Muchos de ellos solamente disponibles en inglés y a un alto precio, situación que lo llevó a la idea de crear una editorial que pusiera en español y al alcance del lector mexicano los textos con los últimos avances.
Dos cadenas de librerías y 7000 títulos publicados por el Grupo Noriega Editores, son el resultado de la aventura editorial que emprendió la familia Noriega hace 70 años, teniendo como germen inicial el establecimiento de la olvidada Librería Letrán.
Catálogo General Libreria Lerán, México , 1944. 96 pp.
7 comentarios:
¡Dichosos tiempos que ante la duda entre una pastelería y una librería se elegía esta última,! Mucho me temo que ahora la elección sería otra, con todos mis respetos para las pastelerías, No deja de ser curioso el abanico de posibilidades que manejaron los Noriega a la hora de reiniciar sus actividades. ¡Lástima que librerías tan hermosas puedan desaparecer casi sin dejar rastro!. Son cosas que producen bastante tristeza.
Un fuerte abrazo,
Alfonso,
Alfonso.
Concuerdo contigo, ahora sería muy improbable que se optara por poner una librería, pensando en un negocio prometedor. Desgraciadamente es una historia que sigue y seguirá repitiéndose.
Precisamente hace unos días anunciaron el inminente cierre de la Librería Madero que es todo un referente en libro antiguo. Una verdadera lástima.
Saludos.
Te mando un abrazo.
Marco
¡Buena entrada sobre la “historia” de esta librería!
Como dice Alfonso es siempre con grande disgusto que nos confrontamos con el desaparecimiento de estas hermosas librerías, que fueron muchas veces locales de venta de libros pero también local de encuentro y charla des los escritores, sus lectores e sus editores.
Otros tiempos...
Un fuerte abrazo,
Siempre que paso por una camisería que fue una librería miro a las camisas con asco.
Rui.
Tienes mucha razón, la venta de libros era sólo una parte, otra no menos importante era contar con un lugar para comentar, y compartir sobre libros.
Un abrazo hasta Portugal.
BT.
Voy a empezar a hacer mi listado de los negocios que fueron librerías. para empezara mirarlas con asco... :-)
Un abrazo
Hola mi abuelo Arturo Morfín Villa tuvo una librería letran en Puebla, en el centro de Puebla. Quisiera saber más de la historia muy interesante
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