jueves, 30 de octubre de 2008

Homo Attritus. Fray Antonio de San Fermín. 1801.


Antonio de San Fermín nació en la ciudad de Estella en Navarra en 1740, viajó a la Nueva España y en la ciudad de Puebla de los Ángeles tomó el habito de Carmelita descalzo. Enseñó filosofía y teología, fue rector del Colegio de San Ángel y de San Joaquín en Tacubaya, Procurador General en Madrid y Provincial de la Nueva España.
Su libro HOMO ATTRITUS / SEU / DE SUFFICIENTIA ATTRITIONIS / AD SACRAMENTUM POENITENTIAE / SUSCIPIEMDUM / DISSERTATIO SINGULARIS / P. Fr ANTONII Á SANCTO FIRMINO, / Carmelitae Excalceati Provinciae Mexicae / Nom scripsi vobis quasi ignorantibus veritaten. /sed quasi scientibus cam /I Joananc.2.v.2 .Mexici ex typographia Matritensi in via Sanc/ti Dominici et Tacubae/ Anno Domini MDCCCI. Fue la obra que lo inmortalizó surgió como respuesta a la reimpresión del opúsculo del eximio probabilista, el dominico Daniele Concina, la cual atizó la larga confrontación teológica entre atriccionistas y contriccionistas. Obra gestada durante las lecciones impartidas en Coyoacán sobre el ciclo teológico según Santo Tomás.
Murió en México en 1806. Como muestra de agradecimiento del apoyo brindado por Fray Antonio para la reedificación del templo del Carmen en Celaya Guanajuato. En el presbítero en ambos lados se colocaron el 4 de noviembre de 1806 dos cenotafios erigidos a su memoria, en uno de los cuales se encuentran los restos del brazo derecho de Fray Antonio, en el cenotafio del lado del evangelio se encuentra la mano. En la jarra que forma el remate se conserva un ejemplar de su libro homo attritus.
Fue texto muy difundido entre religiosos, por lo que se encuentran ejemplares tanto en bibliotecas como en librerías. Es obra digna del taller de Zúñiga y Ontiveros, resulta probable que hubiesen surgido algunos contratiempos para su publicación, ya que la licencia de impresión la otorgó El Marqués de Branciforte Virrey de la Nueva España desde 1796.

Los Eruditos a la Violeta por don José Cadalso.



Gran sorpresa debió de haber causado a Don José, el inmediato y rotundo éxito que logró su libro en ambas orillas del Atlántico. La edición príncipe salió a la luz en Madrid en 1772 de las prensas de Don Antonio Sancha, a esta edición le siguieron: Madrid (1782), Barcelona, (1786) (1790), París (1827) todas ellas con la finalidad de atender la creciente demanda de la gustada obra. A pesar de la gran aceptación que tuvo entre los lectores novohispanos, no se sabe de alguna edición realizada en el virreinato.
La vigencia que tiene la idea central del libro, la fina ironía y la deliciosa prosa del autor han mantenido este libro permanentemente, en los anaqueles de las librerías del mundo hispánico por más de dos siglos.

martes, 28 de octubre de 2008

Cierra la librería TEOREMA.

Profunda tristeza nos provocó enterarnos del inminente cierre de la librería "Teorema" ubicada en la avenida Álvaro Obregón número 153.
Después de lustros de ofrecer sus servicios y tras haberse repuesto de la terrible inundación que sufrió hace un par de años, en la que se perdieron miles de ejemplares, no pudieron luchar contra la presión comercial que ha trasformado la tradicional colonia Roma en un enorme escaparate de la frivolidad. Resulta desolador observar su actual estado, libros apiñados en el piso o en cajas de cartón, las vitrinas y los estantes antes repletos, soló exhiben ahora una etiqueta con signo de pesos. Una cartulina en el aparador anuncia el descuento del 50% en todos los libros, la noticia del descuento no compensa el pesar de saber que es la última vez que compramos ahí.
Esperemos que se trate solamente de una mudanza y Teorema aparezca en otro punto de nuestra ciudad.

domingo, 19 de octubre de 2008

Compendio de la vida de San Juan Nepomuceno, Cesar Calino 1762.





San Juan Nepomuceno además de tener como principal atributo ser el santo de los confesores, se le consideró protector contra las calumnias y mantenedor del buen nombre. Por eso no resulta extraño que en 1731 la Compañía de Jesús lo nombrara como su segundo patrono. Bajo el impulso de la Compañía su culto se propagó alrededor del mundo. Siendo en la Nueva España particularmente bien recibido. El P. Juan Antonio de Oviedo, capellán de la Casa Profesa en la ciudad de México comentó:

" Y esta bien asegurada persuasión movió a nuestra mínima Compañía (que por especial permisión de su Adalid y Capitán Jesús, desde que se fundó en el espacio de los siglos, siempre ha sido y es combatida en su crédito y su fama por las malignas lenguas de los hereges, que temen en el afianzado crédito de su Santidad y Letras su fatal y mayor ruina, y también por muchos de los católicos, gobernados, por la ignorancia o por la envidia) a que en la última Congregación General 16, el año de 1731 (apenas dos años después de la canonización) escogiese a San Juan Nepomuceno por especial Patrón y Tutelar de su buena fama y nombre [...] siendo un espejo cristalino, expuesto a que el odio o la envidia o la ambición lo empañen con maligno aliento, era muy conveniente tener un protector y Tutelar de superior virtud, que con la sombra de su amparo y patrocinio la defendiese de las impías y venenosas lenguas. Y éste es el gloriosísimo Martyr San Juan Nepomuceno, a quien con universal y concorde aplauso de los fieles tiene escogida la devoción por Patrón de la buena fama".1

COMPENDIO / DE LA VIDA, /MUERTE Y MILAGROS / DE /SAN JUAN / NEPOMUCENO [...] es una obra con indiscutible acta de nacimiento jesuita. Fue escrita y traducida por jesuitas, Cesar Calino y Xavier Clavigero ( sic) respectivamente y se imprimió en las prensas jesuitas del Real y mas Antiguo Colegio de San Ildefonso que estuvieron al cuidado de Manuel Valdés, hasta la expulsión de la orden.

1 Stépánek Pavel, San Juan Nepomuceno en el arte español y novohispano.

miércoles, 15 de octubre de 2008

NOTICIA DE LA LENGUA HUASTECA, CARLOS TAPIA ZENTENO 1767.


El huasteco fue entre las lenguas que se hablaban en la Nueva España una de las que presentaban mayor dificultad de aprendizaje, por eso no causa admiración, que de la magna empresa lingüistica realizada en el siglo XVI, sean contados los trabajos que se le dedicaron. El primer libro impreso en lengua huasteca la Doctrina Cristiana en Lengua Huasteca por Fray Juan de Guevara (1548) se encuentra perdido [García Icazbalceta B.M. S.XVI núm. 17] aunque se tiene plena certeza de su existencia, se desconoce la totalidad de su contenido. La obra de Tapia Zenteno tiene como base el trabajo de el libro extraviado de Fray Juan de Guevara y la Doctrina de 1571 trabajos que retoma y mejora aprovechando el conocimiento del huasteco que adquirió durante su estancia en la actual ciudad Valles siendo una de las obras que recoje esta lengua en su estado más puro. La Noticia incluye Doctrina, Catecismo y un vocabulario además ofrece información sobre los días festivos, de las pascuas, ceremonia y ritos entre los huastecos de los que nadie más ha dado noticia. Debido a esas razones es que se considera la obra del Bachiller Tapia Zenteno como uno de los documentos de mayor importancia para el estudio del huasteco.
En octavo 128 p. + 6h México en la Imprenta de la Bibliotheca Mexicana.

martes, 14 de octubre de 2008

Libros de Eca de Queiroz en Ediciones Botas.







A finales de los años 30 del siglo pasado, Ediciones Botas comenzó la publicación de las obras de Eca de Queiroz, con el paso de los años se formó lo que Botas llamó "Libros de Eca de Queiroz". que incluyó los siguientes títulos: Cartas a Ramalho Ortigao (1939), A los Vencidos de la vida, La Catástrofe (1940), La ciudad y las sierras (1946), Correspondencia con Fadrique Mendes, Una campaña alegre, Ultimas cartas a Fadrique Mendes, Visiones de Oriente, San Cristóbal, San Fray Gil, San Onofre (1947). Acometer tal empresa se hubiera antojado imposible de no contar con el auxilio del memorable Pedro González Blanco quien magistralmente anotó y tradujo al español todos los títulos que la editora publicó, brindando una de las mejores versiones del escritor luso al lector mexicano.

sábado, 11 de octubre de 2008

Catecismo Romano, Traducido en Castellano y Mexicano. Fray Manuel Peréz. 1723.

El Catecismo Romano o Catecismo del Concilio de Trento, fue publicado por vez primera en Roma en 1566 en los talleres de Pablo Manuzio. Felipe II le otorgó a Manuzio el privilegio real de edición y circulación exclusiva en los dominios españoles de Italia.
Se tradujo inmediatamente a las principales lenguas europeas. En 1567 el Papa Pío V encargó al Presidente del Consejo de Castilla e Inquisidor General Don Diego de Espinosa, la edición en castellano. La traducción la realizó el teólogo Pedro de Fuentidueñas, la cual fue vetada por la Inquisición Española. Debido a que el Catecismo Romano se vio envuelto en la larga y acalorada polémica suscitada sobre la conveniencia de traducir a las lenguas vulgares los textos sagrados.
Las razones esgrimidas para permitir la traducción de catecismos anteriores y prohibir la del Romano iban en el siguiente sentido:

Del anterior catecismo llamado comúnmente de "Carranza" diría Domingo de Rojas:

"Es manjar recio, duro y más solido que conviene dar a los simples flacos."

Del Catecismo Romano, según Diego de Chavéz:

"Cébalo mucha teología y muy dificultosa para el pueblo"

A pesar del apoyo decisivo de Felipe II y de los constantes intentos del Vaticano para su impresión, la traducción tardó más de 200 años en estar disponible en España.1

Gran sorpresa nos causó conocer la prohibición que pesaba en la península. Existen algunos libros novohispanos, que nos permiten establecer que la suerte que corrió el Catecismo Romano en la Nueva España fue muy diferente, ya que no sólo se realizó la traducción al castellano, incluso fue posible leerlo en náhuatl.
Uno de esos libros es el CATHECISMO / ROMANO / TRADUCIDO EN CASTELLANO, / Y MEXICANO ... por el catedrático de lengua mexicana en la Real Universidad de México, el agustino Fray Manuel de Peréz. La obra fue prologada por Pedro Ramírez del Castillo, con aprobación del P. lector Fr Juan de [S]amorano, impresa en 1723 en los talleres de Francisco de Rivera Calderón en la muy noble, y muy leal, ciudad de México Tenochtitlán. 248p. [28] 4o.

Bibliogafía.
1 Rodríguez Pedro, El Catecismo romano ante Felipe II y la Inquisición Española. Madrid, Ediciones Rial, 1998

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