martes, 9 de noviembre de 2010

Pepe Rodríguez, librero de la Plaza México.

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Una  tarde de toros  no está  completa sin  antes  visitar  el puesto    que pone  Pepe  Rodríguez   afuera de la Plaza México. Cada domingo durante  los  últimos 34 años ha ofrecido a los  aficionados grabados, revistas y  libros  especializados  en  tema  taurino. Hace unos días  tuvimos la oportunidad de asistir a la  corrida con la  que se inauguró la temporada grande  2010-2011 en la Plaza México, y aprovechamos la  ocasión  para saludarlo.

Abogado de profesión, librero por elección y aficionado de corazón, al verse ante la imposibilidad de convertirse en torero vive la  pasión  por la  fiesta  a través de los libros, considera  su  actividad como una misión, dice  que  su destino es  lograr  que  los   impresos  se  conserven  integrándolos y manténiendolos en el circuito librero-lector.

Los libros  que ofrece en la plaza  son una parte  muy  pequeña de sus inventarios,   como todos los  libreros   cuenta con  su   sancta  sanctorum, si uno tiene alguna  petición especial,   lleva el material  solicitado a  la plaza el  domingo siguiente. Su trato amable, grandes  conocimientos   y  la mejor  disposición para  platicar de  cualquier  tema  taurino, lo han  convertido en  un  personaje    infaltable  en la plaza.  Por la  cantidad de  personas  que lo  saludan,  al  parecer  todos  lo  conocen y él conoce  a todos.

Como cualquier librero de  viejo  no se   ve  ajeno a los   problemas   relacionados con  las bajas  ventas, y la  falta de  nuevos  clientes, pero también comparte la  esperanza  en mejores   tiempos y un  profundo amor por el oficio. Una  vez  que  nos despedimos de  don Pepe   nos  unimos  a los  40,000 espectadores  que   a pesar del fuerte   frío  y la  reventa colmamos la plaza para  disfrutar  de la corrida inaugural.

Pepe Rodríguez.





1. Septiém  Garcia, Carlos. Crónicas de toros, México, Editorial  JUS, 1978, 2 Ed. 398 pp.

8 comentarios:

Galderich dijo...

Ja. ja... ¡toda una crónica de los cronistas y sus vendedores!

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Galderich.

En el abigarrado conjunto de libreros de viejo, los que se dedican a tema taurino son un grupo que destaca por su perseverancia, situación que los convierte en personajes de referencia. Curiosamente son pocos los que se dedican exclusivamente a temas taurinos,la mayoría venden también libros de charrería.
Temas que desde siempre están unidos tanto en librerías y bibliotecas como en el gusto del lector.
Un abrazo

Rui Martins dijo...

Amigo Marco
¡Excelente entrada!
Una muy buena mescla: toros e libros sobre ellos, e sobretodo la descripción de esta pasión por la “fiesta” (esta en homenaje de Hemingway) e sus libros e carteles (me gustan mucho y tengo algunos)
Como tu bien dices estos libreros son unos aficionados que se convierten en personajes de referencia.
Una buena temporada taurina
Un abrazo

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Caro Rui.

Ahora que lo mencionas, Hemingway fue el gran promotor de la fiesta en los países que no gozaron de la tradición. Creo que no se conoce todavía a la aportación que hizo a la fiesta. Un abrazoo hasta Portugal tierra con tradición milenaria de toros.
Saludos.

Diego Mallén dijo...

¡¡Qué tarde de gloria en la Monumental, qué envidia!! Libros y toros y además Ponce magistral con sus poncinas como también recoge la prensa española su faena extraordinaria.

Momentos deliciosos e inolvidables, ¡¡Enhorabuena!!

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Diego.

Fue una buena tarde a pesar de los malos toros. El Zotoluco bien, Ponce como siempre, emocionante, elegante, con mucho oficio torero, por desgracia no encontró la espada. El Payo arriesgando la vida obtuvo el triunfo. Un festejo que fue in crescendo. y lo mejor de todo la Plaza casi se llenó.

Un abrazo

Armando Moncada dijo...

Marco: el libro cuya portada exhibes, aparte de ser indispensable en la biblioteca de un taurino que se precie, es una delicia. Su autor, Carlos Septién era un auténtico esteta de la crónica de toros. Leyéndolo, y sin saber nada de su vida, cualquiera pensaría que se trataría de un autor de edad avanzada, en razón de su expresión rica y culta; pero no, el hombre murió a los treinta y seis años. Increíble.
Allá por los ochentas, ciertos cronistas de TV Azteca hicieron algo interesantísimo: rescataron películas originales de faenas reseñadas por Septién y les pusieron una voz en off, leyendo lo que éste había escrito sobre ellas. El resultado fue asombroso; se pudo comprobar que su narración era técnicamente perfecta y, además, bellísima.
Saludos

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Armando.

Has descubierto la manera en que el subconsciente me traicionó, cuando pienso en libros sobre la fiesta, el de Carlos Septién ocupa los primeros lugares, debido las cualidades que mencionas.
Cada uno de los artículos encierra una visión del toreo de tal profundidad que es difícil de igualar. "Norte sobre la plaza", o "Lección de hispanidad" son como bien dices una verdadera delicia.

Desconocía la edad del autor, ¡sorprendente! tampoco conocía la existencia de los programas que mencionas,gracias por el dato. Ojalá se pudieran conseguir o los retransmitieran.

Saludos

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