Planilla de timbres conmemorativos.
El próximo 22 de septiembre se cumplirán cien años de la fundación de la Universidad Autónoma de México. Fecha que sin duda alguna tiene un gran significado para todos los mexicanos, pero en especial para los que alguna vez tuvimos la oportunidad y el privilegio de asistir a sus aulas. Se ha puesto especial interés en que la fecha no pase desapercibida ante los otros centenarios que se festejan este año.
Revisando en algunas de las publicaciones que tenemos relativas a la Universidad, localizamos en el Tomo I del Boletín de la Universidad de Noviembre de 1918 la crónica de los festejos que se llevaron a cabo con motivo del octavo aniversario de la fundación de la UNAM, Nos pareció oportuno dar breve noticia de lo consignado en la publicación sobre la singular celebración.
A las 9 de la mañana del 22 de septiembre de 1918 inició el festejo en el anfiteatro de la Escuela Preparatoria con la presencia del rector José Natividad Macías, don Antonio de Zayas, Duque de Amalfi, ministro plenipotenciario de España, don Ramón Solórzarno y don Pedro Erasmo Callorda encargados de negocios de las Repúblicas de Nicaragua y el Uruguay, el presidente de la Corporación Municipal de la ciudad de México. José María de la Garza y los directores de las facultades y demás establecimientos universitarios.
La ceremonia comenzó con la obertura del Buque Fantasma de Wagner, interpretada por la Orquesta Sinfónica, bajo la dirección de Manuel M. Ponce. En seguida el alumno de la Facultad de jurisprudencia Manuel Gómez Morín dio lectura a su discurso. El tercer número del programa fue cubierto por el barítono don David Silva, con la romanza Ultimo Ensueño del maestro Ponce. A continuación se escuchó la pieza literaria de un alumno de la Facultad de Medicina. La profesora Alba Herrera y Ogazón ejecutó al piano Suplemento Póstumo al Op. 13 de Shumann y Mazeppa, de Lizt, Las Estancias de Sapho de Gounod, y dos Danzas eslavas de Dvorak
Posteriormente en un acto que sorprendió a todos, el rector dio lectura a una alocución en latín, cuya traducción impresa al castellano fue repartida al mismo tiempo entre los asistentes.
Al finalizar se trasladaron a la 5a calle de Donceles y Venustiano Carranza donde el presidente del ayuntamiento de México descubrió una de las placas que fijaron a partir de entonces el nombre del maestro Justo Sierra , a la calle que llevó el de 5a y 6a de Donceles.
Al finalizar se trasladaron a la 5a calle de Donceles y Venustiano Carranza donde el presidente del ayuntamiento de México descubrió una de las placas que fijaron a partir de entonces el nombre del maestro Justo Sierra , a la calle que llevó el de 5a y 6a de Donceles.
La comitiva se dirigio al Claustro de la Universidad Nacional donde ya esperaba el embajador de Estados Unidos Henry Prather Fletcher, el ministro plenipotenciario de la República de Argentina don Manuel E. Malbrán lugar en que Julio Jiménez Rueda y Antonio Ramos pronunciaron sendos discursos.
A las dos de la tarde, en el restaurant Chapultepec se llevó a cabo el banquete organizado por alumnos y catedráticos, asistió en representación del Presidente de la República el Ministro de Gobernación Manuel Aguirre Berlanga. Antonio Caso dedicó el banquete al rector, hizo elogio de la Universidad, señaló sus progresos, manifestó la esperanza de verla libre de la acción oficial, con vida y recursos propios. Lamentó la torpeza de haber desvinculado de la Universidad a la Escuela Preparatoria finalizó la intervención con un brindis por la Universidad.
El embajador de Estados Unidos leyó unas palabras a los comensales, el duque de Amalfi improvisó un discurso que fue muy aplaudido, Vicente Lombardo Toledano tomó la palabra en nombre de los estudiantes, Enrique González Martínez recitó su poesía El Buen Maestro, y con ese acto finalizó la comida y la conmemoración del octavo aniversario.
El embajador de Estados Unidos leyó unas palabras a los comensales, el duque de Amalfi improvisó un discurso que fue muy aplaudido, Vicente Lombardo Toledano tomó la palabra en nombre de los estudiantes, Enrique González Martínez recitó su poesía El Buen Maestro, y con ese acto finalizó la comida y la conmemoración del octavo aniversario.
Boletín de la Universidad Tomo I Noviembre de 1918 .Número 2. México, Tipografía de Müller hermanos. 1918.