En las últimas semanas se ha hecho imposible contar con el tiempo para darme el gusto de visitar con la frecuencia acostumbrada las páginas electrónicas que acostumbro leer, mucho menos he tenido la oportunidad de actualizar debidamente el blog. A los mil y un motivos que normalmente me obligan a posponer tan gratas actividades, se añadió, uno que surge como consecuencia de los imponderables de la naturaleza. El día 20 de marzo nos sacudió un temblor, aunque los movimientos telúricos se presentan de manera frecuente en la ciudad, tenía tiempo que no se sentía uno tan fuerte. El Servicio Sismológico Nacional determinó que se trató de uno de 7.4 grados Richter . Afortunadamente los daños estuvieron muy lejos de los provocados por el sismo del 85, aun así, en las zonas tradicionalmente vulnerables no dejaron de presentarse algunos inconvenientes.
De las amenazas a las que se encuentran expuestas las bibliotecas, las inundaciones, plagas, e incendios han sido tratadas exhaustivamente. Es posible enterarse sobre las medidas de prevención, igualmente se encuentran disponibles los protocolos que hay que seguir para minimizar los daños. En el caso de los temblores se tiene muy poco, probablemente se deba a que por una parte el fenómeno se ciñe a regiones muy especificas y por otra, normalmente no hay términos medios, o no causan ningún problema o se presenta un verdadero desastre, donde no queda nada por hacer,
Del pasado evento se comparten algunas experiencias, esperando nunca les sea necesario aplicarlas.
Del pasado evento se comparten algunas experiencias, esperando nunca les sea necesario aplicarlas.
La principal medida de prevención, es evidente, hay que fijar de manera adecuada los libreros. El anclaje usado normalmente había soportado los temblores de las ultimas décadas, es decir no mayores a siete grados, pero no resistió uno de mayor magnitud. Es peligroso olvidar -a mí me pasó- que un librero de 2.20 x .80 m. puede pesar cuando menos media tonelada, peso que se ve incrementado una vez que comienza a moverse.
Para aumentar el anclaje se colocó una barra de acero a lo largo de la pared con el fin de soportar y fijar todos los libreros de una zona para que actúen como un único bloque al momento del temblor, también se pusieron esquineros y ménsulas de acero con el fin de evitar el balanceo de adelante hacia atrás, tratando que permanezcan en todo momento unidos a la pared. Para impedir cualquier desplazamiento izquierda-derecha se fijaron rectángulos de madera en cada una de las esquinas interiores.
Para aumentar el anclaje se colocó una barra de acero a lo largo de la pared con el fin de soportar y fijar todos los libreros de una zona para que actúen como un único bloque al momento del temblor, también se pusieron esquineros y ménsulas de acero con el fin de evitar el balanceo de adelante hacia atrás, tratando que permanezcan en todo momento unidos a la pared. Para impedir cualquier desplazamiento izquierda-derecha se fijaron rectángulos de madera en cada una de las esquinas interiores.
Es muy importante levantar lo más pronto posible los libros para evitar mayores daños, es muy probable que se deformen por el peso que tienen que soportar, sobre todo que muchos de ellos cayeron de la peor manera. Al mismo tiempo hay que aprovechar para limpiar cada uno del polvo y sobre todo de los vidrios o algunos otros materiales. El daño que sufren los libros va en proporción directa a su peso, mientras mas pesados sean resultan más afectados, lo mismo sucede con el formato. Se notó también que existe relación en cuanto a la encuadernación, los libros con encuadernación rústica salen mejor librados
Aunque se cuente con un registro de los libros, no siempre se actualiza con la frecuencia deseable, por eso será de gran ayuda contar con fotografías recientes de la biblioteca para preservar la disposición acostumbrada. Por alguna inexplicable razón los libros que anteriormente cabían perfectamente en un librero ahora ya no lo hacen.
Es crucial colocar a la mayor brevedad los libreros en su sitio original, de otra manera mientras más nos tardemos, mayor será el peligro. Todo inicia con algunos comentarios aparentemente inocentes como: - Ya viste que ahora entra mucha luz-, - pero que amplio se ve, sin tanto libro- y algunas otras frases similares que asustan más que cualquier temblor.
Es crucial colocar a la mayor brevedad los libreros en su sitio original, de otra manera mientras más nos tardemos, mayor será el peligro. Todo inicia con algunos comentarios aparentemente inocentes como: - Ya viste que ahora entra mucha luz-, - pero que amplio se ve, sin tanto libro- y algunas otras frases similares que asustan más que cualquier temblor.
Ya con la tranquilidad de ver reparados la mayoría de los desperfectos, es posible encontrar algún lado positivo, como aprovechar la ocasión para hacer que las necesarias depuraciones del acervo no resulten tan dolorosas. También vale la pena mencionar la aparición de algunos libros, que hacía tiempo se les había perdido toda pista. De los pendientes que quedan, por fortuna no hay nada que no pueda ser resuelto por un buen encuadernador.
15 comentarios:
Uau! Espero que no tuvieras muchos desperfectos! Gran articulo porque la verdad es que nunca lo había pensado. Saludos!
Aprenet de bibliófil.
Por suerte no sucedió nada que no tuviera remedio.
Gracias.
Saludos
¡Vaya un estropicio! Te habrá llevado trabajo volver a poner en su sitio todos esos libros, pero al menos ha valido para que los que no vivimos en zona de terremotos aprendamos donde NO hay que ponerse en caso de temblor. Un abrazo, Marco, y me alegro de que al final no haya sido nada.
Já estava preocupado com a tua “ausência”.
De facto, deve ser aterrador presenciar e viver essa situação. Felizmente que está tudo bem contigo.
Espero que depois de tanto trabalho não tenhas deparado com nenhum dano importante nalguma das tuas “preciodades”.
Um forte abraço
Urzay.
Tienes mucha razón, ahora cada vez que se siente un temblor, por si las moscas, nos alejamos lo más posible de los libreros.
Un fuerte abrazo
Caro Ruy.
Muchas gracias por tus buenos deseos.
Espero retomar el paso para actualizar el blog, lo bueno es que ahora ya hay más tiempo de disfrutar con la lectura de los blogs que escriben los amigos bibliófilos.
Un fuerte abrazo
No esperaba ver esto, y cuando he empezado a leer estaba esperando que mostraras daños que se han producido en otros sitios, sin que te afectaran a tí.
Me alegro de que los problemas eran subsanables. Mi hermana (que vive en DF) me dijo que su casa se movió como un barco pero sin llegar a caerse nada.
Abrazoa
¡Que desastre! Menos mal que los daños no han sido grandes, pero los riesgos han sido de consideración (sobre todo ese de "que grande se ve ahora sin libros". Para que luego digan que la bibliofilia es una afición tranquila y sin riesgos.
Un fuerte abrazo.
Alfonso
B.T.
Gracias.
Es muy adecuada la comparación que hace con el movimiento de un barco. El día que vengas a visitarla no dejes de avisarme, para organizar un tour a las librerías de viejo.
Un abrazo.
Alfonso.
Afortunadamente la libré en esta ocasión se seguirá viendo no tan amplio, pero con libros.
Debo agradecer la paciencia que me tuvieron en casa, de alguna manera nuestras parejas son "bibliófilas pasivas" sufren los inconvenientes de la afición a nuestra nicotina.
Te mando un abrazote
Realmente ver los libros así es una gran pena, pero ya lo has arreglado, bien ¡.
Es un poco tarde y a lo mejor ya lo hacéis o hacen , pero de no ser así creo que una forma de evitar caídas ( de los libros) sería poner las estanterías inclinadas 1 ó 2 centímetros, nunca he visto ninguna de esa forma y no sé como quedaría, pero puede que vaya bien.
Biblioaprenent.
Gracias por tu comentario.
He visto libreros completos a los que se les da cierta inclinación, pero no a las estanterías de la manera en que mencionas.
Creo que es una idea muy buena.
Saludos.
¡Llevo un mes casi desaparecido con problemas en el blogroll que no me permite ver las actualizaciones de mis blogs preferidos y me encuentro con este desaguisado mayúsculo!
He quedado horrorizado por el espectáculo que la Naturaleza nos puede dar. Y sólo pensar en volver a ordenar toda la biblioteca me vuelvo loco. La familia ha de ser una auténtica mártir porque el proceso ha de ser aún peor que la recopilación minuciosa de la biblioteca.
En fin, lamento llegar tarde y sólo darte un fuerte abrazo no sólo por el terremoto sinó también por las causas que te han sacado del teclado del ordenador. Yo espero que a partir de este fin de semana (aunque lo tengo loco por temas familiares) volveré a ser persona una vez liquidada la acumulación de trabajo laboral.
Estimado Galderich.
Sí, la verdad es que me tuvieron una paciencia enorme, sobre todo durante los primeros días en los que no sabía ni siquiera por donde comenzar.
Espero haber aprendido la lección
Un fuerte abrazo
Espero que el temblor de esta semana, no te haya afectado. Saludos
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